Es Preciso que el Senado de la República Apruebe la Ley de Precios Competitivos
Si bien es cierto que a nivel mundial, los precios de los alimentos han registrado incrementos que durante el año pasado, en promedio alcanzaron el 36%, también lo es que al menos en el caso de nuestro país, el crecimiento observado en el precio de muchos granos básicos, frutas, legumbres, hortalizas y cárnicos, se explica en buena medida por las tremendas imperfecciones del mercado de comercialización de estos productos y en especial a la existencia de grandes y poderosas empresas, que debido a la capacidad económica que tienen actúan como monopolios o bien se ponen de acuerdo entre varias ejerciendo un control oligopolio del mercado en el que operan.
Esta situación que desde hace mucho tiempo ha existido en nuestro país, se ha manifestado más duramente, por el “efecto aparente” del incremento de los alimentos a nivel mundial.
De esta manera, si revisamos los precios al mayoreo de diversos productos que se pueden adquirir en la central de abasto y los comparamos con los que se pueden encontrar en la diferentes tiendas de autoservicio como; Wall Mart, Chedraui, Comercial Mexicana o Soriana, nos damos cuenta que en la mayoría de los casos, existen diferencias que pueden ser hasta del 500%.
Así por ejemplo, se observa que mientras que el maíz blanco, el frijol, la zanahoria y el pollo entero, se cotizaron la semana pasada en la central de Abasto del DF, en 3.40, 7.60, 2.86 y 7.60 pesos por kilogramo respectivamente, en las principales tiendas de autoservicio del DF y de la zona metropolitana, sus precios por kilogramo se ubicaron en 16.69, 18.00, 9.99 y 26.0 pesos por kilogramo; lo que significa un diferencia 390.8%, 136.84%, 249.30%, 242.1%, respectivamente.
Por ello, es preciso que el Senado de la República apruebe la iniciativa de Ley de Precios Competitivos que a finales del mes de noviembre de 2006, Andrés Manuel López Obrador, envió a los senadores del Frente Amplio Progresista.
Conviene recordar, que dicha ley persigue retornar a las políticas de “fijación o control de precios” sino más busca el combate a las prácticas monopólicas u oligopòlicas en cuánto a su manifestación que es la existencia de “precios exagerados” en la economía.
Para ello, la Ley de Precios Competitivos que fue enviada al Senado de la República en el mes de noviembre de 2006, busca el establecimiento de una Comisión de Precios” que estaría analizando en base a diversos indicadores como índices de precios, costos, etc, el nivel que deben tener los precios al público, y cuándo esta Comisión determinara que existen elementos suficientes para determinar que el precio de un `bien o servicio es “exagerado” se tomarían las medidas conducentes.
Finalmente conviene mencionar que la Comisión de Precios, no estaría suplantando o duplicando las funciones de la Comisión Federal de Competencia, ya que mientras la primera combatiría la existencia de prácticas monopólicas u oligopòlicas por sus efectos; la CFC continuaría combatiendo las prácticas monopólicas u oligopòlicas por sus causas; es decir por la concentración del mercado o la dominancia.
Mario Di Costanzo
Secretario de la Hacienda Pública
Gobierno Legítimo
Enero 29, 2008
Secretario de la Hacienda Pública
Gobierno Legítimo
Enero 29, 2008
Si bien es cierto que a nivel mundial, los precios de los alimentos han registrado incrementos que durante el año pasado, en promedio alcanzaron el 36%, también lo es que al menos en el caso de nuestro país, el crecimiento observado en el precio de muchos granos básicos, frutas, legumbres, hortalizas y cárnicos, se explica en buena medida por las tremendas imperfecciones del mercado de comercialización de estos productos y en especial a la existencia de grandes y poderosas empresas, que debido a la capacidad económica que tienen actúan como monopolios o bien se ponen de acuerdo entre varias ejerciendo un control oligopolio del mercado en el que operan.
Esta situación que desde hace mucho tiempo ha existido en nuestro país, se ha manifestado más duramente, por el “efecto aparente” del incremento de los alimentos a nivel mundial.
De esta manera, si revisamos los precios al mayoreo de diversos productos que se pueden adquirir en la central de abasto y los comparamos con los que se pueden encontrar en la diferentes tiendas de autoservicio como; Wall Mart, Chedraui, Comercial Mexicana o Soriana, nos damos cuenta que en la mayoría de los casos, existen diferencias que pueden ser hasta del 500%.
Así por ejemplo, se observa que mientras que el maíz blanco, el frijol, la zanahoria y el pollo entero, se cotizaron la semana pasada en la central de Abasto del DF, en 3.40, 7.60, 2.86 y 7.60 pesos por kilogramo respectivamente, en las principales tiendas de autoservicio del DF y de la zona metropolitana, sus precios por kilogramo se ubicaron en 16.69, 18.00, 9.99 y 26.0 pesos por kilogramo; lo que significa un diferencia 390.8%, 136.84%, 249.30%, 242.1%, respectivamente.
Por ello, es preciso que el Senado de la República apruebe la iniciativa de Ley de Precios Competitivos que a finales del mes de noviembre de 2006, Andrés Manuel López Obrador, envió a los senadores del Frente Amplio Progresista.
Conviene recordar, que dicha ley persigue retornar a las políticas de “fijación o control de precios” sino más busca el combate a las prácticas monopólicas u oligopòlicas en cuánto a su manifestación que es la existencia de “precios exagerados” en la economía.
Para ello, la Ley de Precios Competitivos que fue enviada al Senado de la República en el mes de noviembre de 2006, busca el establecimiento de una Comisión de Precios” que estaría analizando en base a diversos indicadores como índices de precios, costos, etc, el nivel que deben tener los precios al público, y cuándo esta Comisión determinara que existen elementos suficientes para determinar que el precio de un `bien o servicio es “exagerado” se tomarían las medidas conducentes.
Finalmente conviene mencionar que la Comisión de Precios, no estaría suplantando o duplicando las funciones de la Comisión Federal de Competencia, ya que mientras la primera combatiría la existencia de prácticas monopólicas u oligopòlicas por sus efectos; la CFC continuaría combatiendo las prácticas monopólicas u oligopòlicas por sus causas; es decir por la concentración del mercado o la dominancia.