martes, 30 de septiembre de 2008

La Crisis Financiera en EUA Obliga a Replantear el Programa Económico para 2009 y a Modificar el Marco de Supervisión Bancaria y Financiera en México

La crisis financiera en los EUA, obliga a las autoridades mexicanas a replantear el Programa Económico para 2009, y a adecuar el marco de supervisión bancaria y financiera en México, dado la dependencia económica de México con la Unión Americana y la extranjerización del sistema bancario en nuestro país.

Los efectos de la crisis económica en los Estados Unidos, no se limitarán a la disminución de las posibilidades de crecimiento y generación de empleo en México, sino también podrían afectar la solidez de los principales bancos que operan el país, dado el deterioro de las carteras crediticias y en general de los activos que poseen las instituciones bancarias que operan en México.

Muchas de ellas como Banamex, BBVA-Bancomer y HSBC, desde hace tiempo han recibido la orden de transferir sus utilidades hacia el exterior para apuntalar a sus matrices que han registrado pérdidas, por la situación generada en los Estados Unidos, sin embargo el impacto más inmediato será sobre el comportamiento de la economía mexicana para el próximo año, que entre otras cosas incrementará el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo y la cartera vencida en tarjetas de crédito o créditos al consumo.

Por ello, la administración de Felipe Calderón está obligada, a retirar el Paquete Económico presentado el pasado 8 de septiembre modificando el comportamiento de las principales variables macroeconómicas y con ello la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, y a presentar en breve un nuevo marco regulatorio en materia bancaria y financiera que modifique desde la ley del IPAB hasta la ley de Mercado de Valores, para evitar que en un futuro, la crisis por la que atraviesan los EUA, se repita en Mèxico.

Para corroborar lo anterior, sólo basta señalar que los Criterios de Política Económica, también llamados Marco Macroeconómico, constituyen las proyecciones de los principales indicadores macroeconómicos sobre los cuales se hacen las estimaciones de ingresos y gastos públicos, por ello de la consistencia y veracidad que tengan las proyecciones macroeconómicas dependerá el comportamiento de las finanzas públicas y por tanto de los principales indicadores macroeconómicos.

La Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), entrego el pasado 8 de septiembre, a la Cámara de Diputados, el llamado paquete económico para 2009, el cual prevé un marco macroeconómico, que debido a los recientes acontecimientos financieros que afectan a la economía estadounidense, resulta ya sumamente inconsistente, por lo que es necesario que se lleve a cabo de manera urgente un replanteamiento del “paquete económico para el próximo año”.

De esta manera el crecimiento de 3% de la economía mexicana que se ha proyectado para el próximo año resultará inalcanzable, mucho más, ahora que los recientes acontecimientos hacen ver que la economía norteamericana entrará en una profunda fase de desaceleración que podría terminar en una prolongada recesión económica.

Baste señalar que durante el presente año, la economía norteamericana crecerá cuando mucho 1.6%, y esta situación es la que ha provocado que la economía mexicana apenas y vaya lograr un crecimiento de aproximadamente 2.4%, luego entonces resulta ilógico que si para 2009 se proyecta un crecimiento aún menor en los Estados Unidos, en México se proyecte un crecimiento superior al que se registrará durante el presente año.

A este respecto, conviene señalar que las principales corredurías del mundo y gran medida las que han presentado problemas financieros en los Estados Unidos, han reducido sus pronósticos de crecimiento para México, ubicándolo en un rango de 2.0%.

Asi por ejemplo Merril Lynch, ha estimado que la situación en EUA, obligará a esta economía a reducir su demanda, con los consecuentes efectos para México, y la política monetaria restrictiva impulsada por Banxico, empujarán a México a un crecimiento de apenas 1.9 por ciento en 2009, Standard and Poors lo bajo de 2.6% a 2.0%, JP Morgan lo hizo a 2.2%, GF Bancomer lo disminuyo de 2.6% a 2.0% y la Comisión Especial para América Latina (CEPAL) lo ubico en 2.4%.

Las proyecciones oficiales también señalan que para el próximo año habrá menos inflación (3.8%), contra el 5.5% que habrá en 2008, pero se sostiene que los incrementos al precio de la gasolina, gas y electricidad continuarán, y en los mercados internacionales ya se proyectan incrementos para algunos granos básicos como el arroz, el maíz y el frijol.

En los Criterios de Política Económica y en la Ley de Ingresos para 2009, se establece que las finanzas públicas contarán con ingresos suficientes, sin embargo se proyecta un precio del petróleo que será inferior en más de 10 dólares por barril, al observado en el presente año y la cantidad de petróleo exportado disminuirá en poco más de 100 mil barriles diarios.

Cabe señalar que el día de ayer el precio internacional del petróleo registró una caída de 10 dólares en promedio y es de esperar que ante una recesión mundial el precio de este energético tienda a disminuir por una menor demanda.

Hay que recordar que la producción de Cantarell, continúa desplomándose y que será imposible que en el corto plazo, esta declinación sea compensada con la producción obtenida de otros campos petroleros del país.

Al cierre de agosto la extracción de crudo se situó por debajo del millón de barriles día, por primera vez desde 1995. Al producir solamente 988 mil barriles diarios, mientras que en diciembre de 2003, alcanzó su nivel máximo de producción estimado en 2 millones 210 mil barriles por día.

En materia de impuestos, no propone acabar con los paraísos fiscales en los que tributan las grandes empresas, aun cuando el propio subsecretarario de Ingresos ha aceptado que la recaudación de impuestos derivada del famoso IETU no evoluciona como se esperaba, ya que existen más de 30 mil amparos interpuestos contra el pago de esta contribución, además de que el menor crecimiento económico y las menores exportaciones de nuestro país, además del desempleo que alcanzo una tasa superior al 4%, provocarán que la recaudación tributaria disminuya.

Tampoco propone reducir el tremendo gasto burocrático gubernamental, a pesar de que para el próximo año el pago de “servicios personales” será de 790 mil millones de pesos, cifra similar a las aportaciones de Pemex al fisco federal.

En materia de tipo de cambio, el Programa Económico presentado por Agustín Carstens, establece que el tipo de cambio se ubicara en 10.6 dólares en promedio, sin embargo tan solo el día de ayer y como consecuencia de la inestabilidad mostrada por los mercados financieros mundiales, el peso perdió más de 25 centavos, en su cotización frente al dólar, para ubicarse en 11.05 pesos.

Por el lado del sistema bancario financiero, las autoridades mexicanas están obligadas a modificar el marco de supervisión ya que la crisis por la que atraviesan los bancos en la Unión Americana se podría extender a nuestro país, para ello solo basta recordar que la cartera vencida de la banca, la cual se compone principalmente de créditos al consumo se ubica en 51 mil millones de pesos, cifra muy superior a la observada en 1995, cuando fue de 5 mil millones de pesos.

A esto se añade que muchas de las utilidades de los bancos que operan en nuestro país, están siendo remitidas a sus matrices, para apuntalar a sus instituciones en los diferentes países, por lo que Banamex está apuntalando a Citigroup en EUA, BBVA-BANCOMER, esta apuntalando a BBVA en Madrid y HSBC está empezando a hacer lo propio con su matriz en Gran Bretaña, cabe señalar que estas tres instituciones concentran más del 50% del mercado mexicano.

Por ello, y desde ahora es preciso que se atienda y solucione el problema de la cartera vencida y se limite fuertemente las condiciones de discresionalidad y relajamiento que se ha observado durante los últimos 2 años en materia de otorgamiento de plásticos (tarjetas de crédito), así como los costos de uso de los servicios bancarios.

Finalmente es evidente que el único camino para mitigar los efectos de la situación estadounidense, nuestra economía debe modificar sus condiciones estructurales, y para ello se debe de ejercer un combate frontal contra los monopolios, aplicar un programa de austeridad en el gobierno que libere recursos que permitan establecer un programa de inversiones en infraestructura así como un programa emergente de subsidios a los productores agropecuarios y de nueva inversión en sectores como el de la energía y la infraestructura, aunado a ello, una reforma fiscal que acabe con los paraísos en que tributan las grandes empresas, en suma; replantear la estrategia económica para el próximo año.

lunes, 22 de septiembre de 2008

LOS INGRESOS ADICIONALES GENERADOS POR LOS INCREMENTOS A LAS GASOLINAS SUPERARAN A LA RECAUDACION DERIVADA DE LA APLICACIÓN DEL IDE Y DEL ISAN

De continuar los incrementos a las gasolinas y al diesel, la recaudación de ingresos derivada de la venta de estos combustibles superara por mucho a lo que el gobierno recaudará el presente año por la aplicación del Impuesto a los Depósitos en Efectivo (IDE) y a lo que se proyecto recaudar por concepto del Impuesto sobre automóviles nuevos (ISAN), generando ingresos adicionales para las arcas nacionales que superan los 11 mil 800 millones de pesos.

Para corroborar lo anterior sólo basta señalar que como resultado de la aprobación de la mal llamada “reforma fiscal” se aprobó un incremento mensual de 2 centavos a las gasolinas y al diesel, sin embargo durante los últimos mese la Secretaria de Hacienda ha decretado incrementos a los precios de los combustibles, que superan los dos centavos previstos en la reforma y han provocado que al mes de septiembre, el precio por litro de la gasolina magna, que es la de mayor consumo pasara de costar 7.03 pesos por litro en enero del presente año, a 7.41 pesos por litro al mes de septiembre, lo que significa un incremento de 5.26% durante los primeros nueve meses del año.

Es importante señalar que en el caso del diesel, que es el combustible más utilizado por el transporte comercial y de carga, el incremento acumulado ha sido aún mayor, ya que su precio paso de ser de 5.95 pesos por litro en enero del presenta año, a 6.63 pesos por litro para el mes de septiembre, lo que significa un incremento de 11.43%, lo que definitivamente ha acelerado el crecimiento de los precios de los diversos viene y servicios que la población consume.


Hay que recordar, que tanto la Secretaria de Hacienda como la Secretaría de Energía han señalado que el incremento en los precios continuara, por lo que de mantenerse esta tendencia, para finales del presente año, el gobierno federal habrá obtenido ingresos “adicionales no previstos originalmente” de por lo menos 11,800 millones de pesos. De los cuales al menos 5 mil 540 millones de pesos, serán por concepto del mayor precio de la gasolina magna, que se estima que costará entre 7.75 y 7.80 pesos por litro al mes de diciembre, 5 mil 12 millones serán por concepto del incremento al precio del diesel, que se ubicara al mes de diciembre entre aproximadamente 7.75 y 8.0 pesos por litro y el resto será consecuencia del incremento al precio de la gasolina premium que podría llegar a costar 9.50 pesos por litro hacia finales del año.


De esta manera, la recaudación generada sería 300% superior a la recaudación proyectada para 2008 por el Impuesto a los depósitos en efectivo (11,800 mdp vs 2906.3 mdp) y 200% superior a la recaudación proyectada para el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN) la cual se estimó en la Ley de Ingresos para el presente año en 5 mil 132 millones de pesos.

Es decir, los incrementos a las gasolinas generarán el 17% de la recaudación proyectada originalmente con el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el cual por cierto no cumplirá con su meta de recaudación para 2008, en virtud de los más de 30 mil amparos que se han interpuesto por parte de las empresas, por lo que la recaudación derivada de los incrementos a la gasolina, estaría compensando la baja recaudación del IETU.

Los incrementos a la gasolina Magna y Premium son regresivos:

Si observamos la evolución de los incrementos a la gasolina magna y Premium, podemos decir que tienen vicios de regresividad, pues prácticamente al mes de septiembre el porcentaje que se ha incrementado a estos energéticos es similar; 5.26% a la magna y 5.6% a la Premium, sin embargo es bien sabido que son los automóviles “mas nuevos o más costosos” los que en su mayoría consumen gasolina Premium y son los modelos más antiguos o menos costosos los que consumen gasolina magna: por ello son las personas de menores ingresos las que consumen más gasolina magna, por esta razón y en todo caso, el incremento de precio a la gasolina Premium debería de ser mucho mayor, que el de la gasolina magna.


Más aún y si bien es cierto que nuestro país importa el 40% de la gasolina que consume, y esta tiene una referencia de precio internacional, también es cierto que el país produce el 60% de la gasolina que consume y esta no tiene porque ser referenciada a un precio internacional (dado que no la exportamos) y ni la SHCP, ni tampoco Pemex, han informado, cuánto nos cuesta producir internamente un litro de gasolina o diesel.

Es importante señalar que el precio de la gasolina determina la tercera parte del índice inflacionario, y que el mexicano promedio gasta el 30% de su ingreso en alimentos y el 18% de su ingreso en transporte; por lo que el efecto del incremento en los precios de los alimentos y de la gasolina, han deteriorado severamente el poder adquisitivo de la mayoría de la población.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Hablando de Traiciones y Rescates

Mario Di Costanzo Armenta

Sin lugar a dudas, la administración de Felipe Calderón pasará a la historia no sólo por la forma tan desaseada, cuestionable, poco transparente y para muchos fraudulenta como se dio el resultado del proceso electoral de 2006, sino también por las absurdas declaraciones realizadas tanto por él como por los funcionarios que integran su gabinete.

Basta recordar desde la famosa frase de “haiga sido como haiga sido” hasta las no menos célebres “rebasar a la izquierda por la izquierda” o “me gusta navegar contra corriente”, o bien la de “el presidente de la estabilidad y el empleo”.

Señalo lo anterior porque ahora le tocó dar la nota al Secretario de Hacienda, quien señaló que “la economía mexicana está fuerte y no le afectará” la tremenda crisis financiera por la que atraviesa Estados Unidos.

Así, y aunque al día siguiente Agustín Carstens quiso rectificar, con mucha preocupación vemos que, a pesar de que el país enfrenta una crisis sin precedente, tanto Felipe Calderón como su gabinete ven un México que no será afectado por el sombrío panorama económico mundial, mientras en la realidad millones de familias enfrentan pobreza, marginación, carestía, falta de empleo… Y a todo esto se suma el flagelo de la delincuencia, el secuestro, el narcotráfico. En fin: es visible la inseguridad física, económica y social de prácticamente toda la población.

Pero pesar de todo ello Agustín Carstens envío a la Cámara de Diputados una serie de proyecciones económico-financieros que no tienen la menor lógica y, con todo y la tormenta, se niega a rectificar y aceptar que es urgente un replanteamiento de todo el programa económico para el próximo año.

Así, pues, resulta absurdo que se proyecte un crecimiento económico del país mayor para el próximo año, cuando al mismo tiempo se acepta que Estados Unidos crecerá por debajo del nivel que observará este 2008 (más aún cuando en el presente año México creció menos de lo proyectado, debido precisamente a la desaceleración económica en Estados Unidos).

Señala también que para el próximo año habrá menos inflación, pero sostiene que los incrementos al precio de la gasolina, gas y electricidad continuarán.

Establece que habrá ingresos suficientes, pero se prevé que el precio del petróleo será inferior al observado en el presente año y la cantidad de petróleo exportado disminuirá en poco más de 100 mil barriles diarios.

A pesar de ello, no propone acabar con los paraísos fiscales en los que tributan las grandes empresas, aun cuando el propio subsecretarario de Ingresos ha aceptado que la recaudación de impuestos derivada del famoso IETU no evoluciona como se esperaba, ya que existen más de 30 mil amparos interpuestos contra el pago de esta contribución.

Tampoco propone reducir el tremendo gasto burocrático gubernamental, a pesar de que para el próximo año el pago de “servicios personales” será de 790 mil millones de pesos, cifra similar a las aportaciones de Pemex al fisco federal.

Se anuncian millonarios recursos para el combate a la inseguridad, pero no se dice que más de la mitad de estos tendrán como destino, sueldos y salarios, a la vez que no se proponen medidas para combatir el “lavado de dinero” que es la forma en que los criminales se aseguran de que “el crimen pague”.

La realidad que no quieren ver, es que lo que sucede en Estados Unidos amenaza seriamente a la estabilidad económica y financiera mundial y promete acelerar la recesión internacional. Por ello, el gobierno norteamericano está haciendo toda clase de esfuerzos por rescatar a sus principales bancos de inversión y corredurías financieras.

A este respecto cabe subrayar que si bien muchos medios de desinformación han señalado que la crisis equivale al “Fobaproa estadunidense”, los hechos demuestran que no: aunque el problema es la quiebra de algunas instituciones financieras, su rescate no está siendo igual al que realizó México en su momento.

Es decir: en nuestro país se inyectó dinero a las instituciones bancarias mediante la compra de cartera (que por cierto a la postre se vio que era “chatarra financiera”), mientras que en Estados Unidos los recursos los inyecta la Reserva Federal (Fed) al sistema financiero a cambio de “acciones” de estos grupos. Y es justamente lo que a las autoridades en nuestro país les dio miedo y a la postre elevó el costo de ese rescate para la sociedad.

En otras palabras, en nuestro país, como resultado del Fobaproa, el gobierno quedó como deudor de las instituciones bancarias, terminó endeudado con ellas, mientras en el caso de Estados Unidos el gobierno norteamericano terminará como socio de las instituciones rescatadas.

Esa es una diferencia abismal entre los casos de ambos países, pues en Estados Unidos se privatizaron las pérdidas y se socializarán las utilidades, mientras que en el caso de México fue exactamente al contrario.

Por ello podemos decir que hablando de traiciones, nos vienen a la memoria todas estas absurdas declaraciones que ven a un México que no es y otras que promueven la unidad en torno de un sistema que está acabando con la estabilidad política y social del país.

Y que hablando de rescates conviene preguntarnos por qué razón el propio Fondo Monetario Internacional recomendó a México un rescate financiero que sólo dejó deudas y permitió la extranjerización de nuestra banca, y en el caso de Estados Unidos lo que se da es casi un proceso de estatización de las empresas rescatadas.

¿No será, entonces, que en nuestro caso el famoso rescate también fue una traición?