Para corroborar lo anterior sólo basta señalar que como resultado de la aprobación de la mal llamada “reforma fiscal” se aprobó un incremento mensual de 2 centavos a las gasolinas y al diesel, sin embargo durante los últimos mese la Secretaria de Hacienda ha decretado incrementos a los precios de los combustibles, que superan los dos centavos previstos en la reforma y han provocado que al mes de septiembre, el precio por litro de la gasolina magna, que es la de mayor consumo pasara de costar 7.03 pesos por litro en enero del presente año, a 7.41 pesos por litro al mes de septiembre, lo que significa un incremento de 5.26% durante los primeros nueve meses del año.
Es importante señalar que en el caso del diesel, que es el combustible más utilizado por el transporte comercial y de carga, el incremento acumulado ha sido aún mayor, ya que su precio paso de ser de 5.95 pesos por litro en enero del presenta año, a 6.63 pesos por litro para el mes de septiembre, lo que significa un incremento de 11.43%, lo que definitivamente ha acelerado el crecimiento de los precios de los diversos viene y servicios que la población consume.
Hay que recordar, que tanto la Secretaria de Hacienda como la Secretaría de Energía han señalado que el incremento en los precios continuara, por lo que de mantenerse esta tendencia, para finales del presente año, el gobierno federal habrá obtenido ingresos “adicionales no previstos originalmente” de por lo menos 11,800 millones de pesos. De los cuales al menos 5 mil 540 millones de pesos, serán por concepto del mayor precio de la gasolina magna, que se estima que costará entre 7.75 y 7.80 pesos por litro al mes de diciembre, 5 mil 12 millones serán por concepto del incremento al precio del diesel, que se ubicara al mes de diciembre entre aproximadamente 7.75 y 8.0 pesos por litro y el resto será consecuencia del incremento al precio de la gasolina premium que podría llegar a costar 9.50 pesos por litro hacia finales del año.
De esta manera, la recaudación generada sería 300% superior a la recaudación proyectada para 2008 por el Impuesto a los depósitos en efectivo (11,800 mdp vs 2906.3 mdp) y 200% superior a la recaudación proyectada para el Impuesto Sobre Automóviles Nuevos (ISAN) la cual se estimó en la Ley de Ingresos para el presente año en 5 mil 132 millones de pesos.
Es decir, los incrementos a las gasolinas generarán el 17% de la recaudación proyectada originalmente con el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el cual por cierto no cumplirá con su meta de recaudación para 2008, en virtud de los más de 30 mil amparos que se han interpuesto por parte de las empresas, por lo que la recaudación derivada de los incrementos a la gasolina, estaría compensando la baja recaudación del IETU.
Los incrementos a la gasolina Magna y Premium son regresivos:
Si observamos la evolución de los incrementos a la gasolina magna y Premium, podemos decir que tienen vicios de regresividad, pues prácticamente al mes de septiembre el porcentaje que se ha incrementado a estos energéticos es similar; 5.26% a la magna y 5.6% a la Premium, sin embargo es bien sabido que son los automóviles “mas nuevos o más costosos” los que en su mayoría consumen gasolina Premium y son los modelos más antiguos o menos costosos los que consumen gasolina magna: por ello son las personas de menores ingresos las que consumen más gasolina magna, por esta razón y en todo caso, el incremento de precio a la gasolina Premium debería de ser mucho mayor, que el de la gasolina magna.
Más aún y si bien es cierto que nuestro país importa el 40% de la gasolina que consume, y esta tiene una referencia de precio internacional, también es cierto que el país produce el 60% de la gasolina que consume y esta no tiene porque ser referenciada a un precio internacional (dado que no la exportamos) y ni la SHCP, ni tampoco Pemex, han informado, cuánto nos cuesta producir internamente un litro de gasolina o diesel.
Es importante señalar que el precio de la gasolina determina la tercera parte del índice inflacionario, y que el mexicano promedio gasta el 30% de su ingreso en alimentos y el 18% de su ingreso en transporte; por lo que el efecto del incremento en los precios de los alimentos y de la gasolina, han deteriorado severamente el poder adquisitivo de la mayoría de la población.
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