La crisis financiera en los EUA, obliga a las autoridades mexicanas a replantear el Programa Económico para 2009, y a adecuar el marco de supervisión bancaria y financiera en México, dado la dependencia económica de México con la Unión Americana y la extranjerización del sistema bancario en nuestro país.
Los efectos de la crisis económica en los Estados Unidos, no se limitarán a la disminución de las posibilidades de crecimiento y generación de empleo en México, sino también podrían afectar la solidez de los principales bancos que operan el país, dado el deterioro de las carteras crediticias y en general de los activos que poseen las instituciones bancarias que operan en México.
Muchas de ellas como Banamex, BBVA-Bancomer y HSBC, desde hace tiempo han recibido la orden de transferir sus utilidades hacia el exterior para apuntalar a sus matrices que han registrado pérdidas, por la situación generada en los Estados Unidos, sin embargo el impacto más inmediato será sobre el comportamiento de la economía mexicana para el próximo año, que entre otras cosas incrementará el desempleo, la pérdida de poder adquisitivo y la cartera vencida en tarjetas de crédito o créditos al consumo.
Por ello, la administración de Felipe Calderón está obligada, a retirar el Paquete Económico presentado el pasado 8 de septiembre modificando el comportamiento de las principales variables macroeconómicas y con ello la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos, y a presentar en breve un nuevo marco regulatorio en materia bancaria y financiera que modifique desde la ley del IPAB hasta la ley de Mercado de Valores, para evitar que en un futuro, la crisis por la que atraviesan los EUA, se repita en Mèxico.
Para corroborar lo anterior, sólo basta señalar que los Criterios de Política Económica, también llamados Marco Macroeconómico, constituyen las proyecciones de los principales indicadores macroeconómicos sobre los cuales se hacen las estimaciones de ingresos y gastos públicos, por ello de la consistencia y veracidad que tengan las proyecciones macroeconómicas dependerá el comportamiento de las finanzas públicas y por tanto de los principales indicadores macroeconómicos.
La Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), entrego el pasado 8 de septiembre, a la Cámara de Diputados, el llamado paquete económico para 2009, el cual prevé un marco macroeconómico, que debido a los recientes acontecimientos financieros que afectan a la economía estadounidense, resulta ya sumamente inconsistente, por lo que es necesario que se lleve a cabo de manera urgente un replanteamiento del “paquete económico para el próximo año”.
De esta manera el crecimiento de 3% de la economía mexicana que se ha proyectado para el próximo año resultará inalcanzable, mucho más, ahora que los recientes acontecimientos hacen ver que la economía norteamericana entrará en una profunda fase de desaceleración que podría terminar en una prolongada recesión económica.
Baste señalar que durante el presente año, la economía norteamericana crecerá cuando mucho 1.6%, y esta situación es la que ha provocado que la economía mexicana apenas y vaya lograr un crecimiento de aproximadamente 2.4%, luego entonces resulta ilógico que si para 2009 se proyecta un crecimiento aún menor en los Estados Unidos, en México se proyecte un crecimiento superior al que se registrará durante el presente año.
A este respecto, conviene señalar que las principales corredurías del mundo y gran medida las que han presentado problemas financieros en los Estados Unidos, han reducido sus pronósticos de crecimiento para México, ubicándolo en un rango de 2.0%.
Asi por ejemplo Merril Lynch, ha estimado que la situación en EUA, obligará a esta economía a reducir su demanda, con los consecuentes efectos para México, y la política monetaria restrictiva impulsada por Banxico, empujarán a México a un crecimiento de apenas 1.9 por ciento en 2009, Standard and Poors lo bajo de 2.6% a 2.0%, JP Morgan lo hizo a 2.2%, GF Bancomer lo disminuyo de 2.6% a 2.0% y la Comisión Especial para América Latina (CEPAL) lo ubico en 2.4%.
Las proyecciones oficiales también señalan que para el próximo año habrá menos inflación (3.8%), contra el 5.5% que habrá en 2008, pero se sostiene que los incrementos al precio de la gasolina, gas y electricidad continuarán, y en los mercados internacionales ya se proyectan incrementos para algunos granos básicos como el arroz, el maíz y el frijol.
En los Criterios de Política Económica y en la Ley de Ingresos para 2009, se establece que las finanzas públicas contarán con ingresos suficientes, sin embargo se proyecta un precio del petróleo que será inferior en más de 10 dólares por barril, al observado en el presente año y la cantidad de petróleo exportado disminuirá en poco más de 100 mil barriles diarios.
Cabe señalar que el día de ayer el precio internacional del petróleo registró una caída de 10 dólares en promedio y es de esperar que ante una recesión mundial el precio de este energético tienda a disminuir por una menor demanda.
Hay que recordar que la producción de Cantarell, continúa desplomándose y que será imposible que en el corto plazo, esta declinación sea compensada con la producción obtenida de otros campos petroleros del país.
Al cierre de agosto la extracción de crudo se situó por debajo del millón de barriles día, por primera vez desde 1995. Al producir solamente 988 mil barriles diarios, mientras que en diciembre de 2003, alcanzó su nivel máximo de producción estimado en 2 millones 210 mil barriles por día.
En materia de impuestos, no propone acabar con los paraísos fiscales en los que tributan las grandes empresas, aun cuando el propio subsecretarario de Ingresos ha aceptado que la recaudación de impuestos derivada del famoso IETU no evoluciona como se esperaba, ya que existen más de 30 mil amparos interpuestos contra el pago de esta contribución, además de que el menor crecimiento económico y las menores exportaciones de nuestro país, además del desempleo que alcanzo una tasa superior al 4%, provocarán que la recaudación tributaria disminuya.
Tampoco propone reducir el tremendo gasto burocrático gubernamental, a pesar de que para el próximo año el pago de “servicios personales” será de 790 mil millones de pesos, cifra similar a las aportaciones de Pemex al fisco federal.
En materia de tipo de cambio, el Programa Económico presentado por Agustín Carstens, establece que el tipo de cambio se ubicara en 10.6 dólares en promedio, sin embargo tan solo el día de ayer y como consecuencia de la inestabilidad mostrada por los mercados financieros mundiales, el peso perdió más de 25 centavos, en su cotización frente al dólar, para ubicarse en 11.05 pesos.
Por el lado del sistema bancario financiero, las autoridades mexicanas están obligadas a modificar el marco de supervisión ya que la crisis por la que atraviesan los bancos en la Unión Americana se podría extender a nuestro país, para ello solo basta recordar que la cartera vencida de la banca, la cual se compone principalmente de créditos al consumo se ubica en 51 mil millones de pesos, cifra muy superior a la observada en 1995, cuando fue de 5 mil millones de pesos.
A esto se añade que muchas de las utilidades de los bancos que operan en nuestro país, están siendo remitidas a sus matrices, para apuntalar a sus instituciones en los diferentes países, por lo que Banamex está apuntalando a Citigroup en EUA, BBVA-BANCOMER, esta apuntalando a BBVA en Madrid y HSBC está empezando a hacer lo propio con su matriz en Gran Bretaña, cabe señalar que estas tres instituciones concentran más del 50% del mercado mexicano.
Por ello, y desde ahora es preciso que se atienda y solucione el problema de la cartera vencida y se limite fuertemente las condiciones de discresionalidad y relajamiento que se ha observado durante los últimos 2 años en materia de otorgamiento de plásticos (tarjetas de crédito), así como los costos de uso de los servicios bancarios.
Finalmente es evidente que el único camino para mitigar los efectos de la situación estadounidense, nuestra economía debe modificar sus condiciones estructurales, y para ello se debe de ejercer un combate frontal contra los monopolios, aplicar un programa de austeridad en el gobierno que libere recursos que permitan establecer un programa de inversiones en infraestructura así como un programa emergente de subsidios a los productores agropecuarios y de nueva inversión en sectores como el de la energía y la infraestructura, aunado a ello, una reforma fiscal que acabe con los paraísos en que tributan las grandes empresas, en suma; replantear la estrategia económica para el próximo año.
Muchas gracias por el esfuerzo por mantenernos informados y transmitirnos tu opninión, que para muchos, no hablo solo por mi, es tan importante y tan valiosa.
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