El programa para impulsar el Crecimiento Económico y el Empleo, anunciado por Felipe Calderón y Agustín Carstens, resulta absurdo, ilógico, demagógico y poco realista, por lo que en nada servirá para palear la crisis de desempleo y deterioro en el nivel de vida de la población y la productividad de las empresas.
Para corroborar lo anterior solo basta señalar lo siguiente:
1. El Marco Macroeconómico es absolutamente inconsistente:
De acuerdo con las nuevas proyecciones realizadas se estima que la economía mexicana crecerá 1.8% durante el próximo año, y que el precio del petróleo será de 75 dólares por barril. Este nuevo contexto provocará a decir de la SHCP, que las finanzas públicas dejarán de recibir ingresos por 27 mil 600 millones de pesos. Por lo que (en ausencia de otras medidas el gasto público tendría que reducirse en la misma magnitud).
Sin embargo resulta inconsistente en este nuevo escenario que si la economía mexicana va a crecer a casi la mitad de lo que se tenía previsto originalmente (3%) y el precio del petróleo se reduce en 5 dólares, es decir 75 en vez de 80, la pérdida total de ingresos sea de sólo 27 mil 600 millones de pesos.
Hay que tener presente que al crecer menos la economía, la empresas crecen menos, contratan menos personal y por lo tanto se recaudan menos impuestos, por lo que si ahora se estima que las empresas crecerán la mitad de lo que se tenía previsto, y a esto se añade que venderemos nuestro petróleo a un menor precio, la pérdida de ingresos debe ser superior a los 27 mil 600 millones de pesos.
Cabe mencionar que de acuerdo a la propia SHCP por cada dólar que disminuye el precio del petróleo se dejan de percibir entre 7 y 8 mil millones de pesos, por lo que tan sólo por el menor precio del petróleo, se estarían dejando de ingresar entre 35 mil y 40 mil millones de pesos.
2. Los 90 mil 300 millones de pesos anunciados para el Programa de Infraestructura no son dinero fresco o adicional:
La SHCP señala que se ha considerado un “estimulo fiscal” de 90 mil 300 millones que permitirán cubrir el efecto de los menores ingresos sobre el gasto programable (que es de 25 mil 100 millones de pesos) y establecer un programa de gasto en infraestructura por 65 mil 100 millones de pesos, que incluye el inicio de la construcción de una refinería y que los recursos (espacio presupuestario) provendrán de una reforma al esquema de inversión de PEMEX, para lo cual se reformará la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
Dicha reforma busca “eliminar” el esquema de inversión de PEMEX a través de PIDIREGAS, y convertir esta deuda, en deuda presupuestaria de PEMEX, para que sea PEMEX el que la tenga que pagar con sus propios recursos, al mismo tiempo, se propone excluir; es decir, que no se cuenten los gastos de inversión en PEMEX como un gasto del “presupuesto”.
Esta modificación provocará que el gasto de inversión de PEMEX no se tome en cuenta para calcular el déficit público, es decir que no afecte directamente a la cuenta de “gastos del gobierno” y por lo tanto no afectará el déficit público.
Y es aquí donde está el “truco”, ya que la propuesta de Calderón establece, que “como ya no se va a utilizar el esquema de PIDIREGAS y PEMEX va a pagar con sus recursos esta deuda” ya no es necesario que se le asignen los 78 mil 300 millones de pesos, que se proponía asignar en Presupuesto anterior (enviado el 8 de septiembre) para amortizar o pagar estos PIDIREGAS.
Luego entonces esos 78 mil 300 millones de pesos que se tenían asignados para PEMEX, se le quitan (“ya que no los necesitará”) y se destinan al programa de infraestructura.
A estos 78 mil 300 millones de pesos, se le añaden 12 mil millones de pesos, que se tomarán de un Fondo para Inversiones de Pemex, que se ha constituido con una pequeñísima parte de los excedentes petroleros, y se “empieza construir una refinería”.
De tal manera que (78,300+12,000= 90,300), que quede claro, que cuando mucho el dinero “fresco o nuevo” son los 12,000 millones que además ya estaba estipulado desde hace tiempo que eran para PEMEX; o sea le quitan 78 mil 300 y a cambio le dan 12,000 millones, y le dejan que de por vida sea PEMEX el que tenga que pagar con sus propios recursos toda la deuda de PIDIREGAS, (una deuda costosa, que no la contrato esta paraestatal, sino fue obligado a contratarla por el gobierno federal .
Pero volviendo a la bolsa de los 90 mil 300 millones de pesos (mdp), Calderón y Carstens proponen que se distribuya de la siguiente manera:
Bolsa Total: 90, 300 mdp
(-) Inicio Refinería: 12,000 mdp
Subtotal 78,300 mdp
Subtotal 78,300 mdp
(-) Compensar efecto de ingresos
en gasto prog.: 25,100 mdp
Subtotal: 53,100 mdp
(-) Programa de Infraestructura 53,100 mdp
De lo anterior se concluye que el Programa de Infraestructura no es con dinero fresco y que su “costo” será pagado por PEMEX y no por el Gobierno Federal.
Por otro lado, se observa también que el Programa es claramente insuficiente, en cuanto al monto de recursos destinados a infraestructura, ante la magnitud del impacto de la crisis mundial, más aún si consideramos que “contablemente” el gobierno registraba las amortizaciones de PIDIREGAS como un gasto en inversión, por lo que al final de cuentas, el incremento “neto a la inversión” será de sólo 12 mil millones de pesos.
Sobre el resto del Programa de Crecimiento y Empleo, se puede concluir que son sólo una carta de buenos deseos, sin ninguna implicación positiva para la población.
Finalmente se observa, que PEMEX es nuevamente quién pagará los platos rotos de la crisis, antel a negativa de Calderón y Carstens de ajustar los gastos superfluos que generarían ahorros de cuándo menos 100 mil millones de pesos.
O bien, de emprender otro tipo de medidas, como la utilización del Fondo de Estabilización de los Precios del Petróleo, que actualmente tiene más de 57 mil millones de pesos, de utilizar 5,000 millones de dólares (60 mil millones de pesos) de reservas internacionales para destinarlas a programas de inversión, o inclusive evaluar la posibilidad de incurrir en un moderado déficit público de 0.5% (equivale a 50 mil millones de pesos) o todas las anteriores, o bien una combinación de todas las anteriores, lo que daría un “espacio presupuestal” o (en español) recursos frescos por poco más de 250 mil millones de pesos.
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