Es necesario reconocer que se perdió mucho más de lo que se ganó, aún y cuando se observa que si bien entre lo propuesto en las iniciativas de FCH y del PRI a lo que realmente se aprobó hay una diferencia, la brecha no es realmente grande.
Por un lado, se freno un embate privatizador, pero no se detuvo. El saldo es un avance palpable de la privatización en los tres niveles de la cadena de valor: el recurso natural (los hidrocarburos), la industria petrolera y Pemex.
De esta manera, la gran victoria de Felipe Calderón son los contratos de exploración y producción que podrán ser otorgados a empresas extranjeras, asi dentro de poco tiempo veremos que las compañías petroleras internacionales estarán de regreso en México para explorar y extraer petróleo, gas natural y otros hidrocarburos.
Se pusieron candados, cierto, pero ya se aceptó que ellas y no Pemex serán las que buscarán el petróleo, desarrollen los yacimientos que descubran, extraigan los hidrocarburos y reciban una contraprestación por sus servicios, y por consiguiente a mayores resultados, mayores pagos, ya que esto, está dispuesto en la ley.
Que pudo ser peor es cierto, pero es inobjetable que la corriente aperturista avanzó en la privatización de actividades, decisiones, responsabilidades, utilidades y rentas económicas.
Era previsible. Los términos de la negociación fueron muy desiguales. El PAN y el PRI se reconciliaron e impusieron su punto de vista en casi todo.
Que se logró:
1. Excluir al sector privado de la venta de primera mano de hidrocarburos.
Las compañías petroleras privadas tendrán que entregar a Pemex el crudo que produzcan. Pemex conserva los derechos de propiedad hasta las ventas de primera mano de hidrocarburos y refinados. Sin embargo, esas limitantes fueron propuestas por Felipe Calderón.
2. Parar las refinerías privadas.
Sin embargo, más que un logro del FAP, fue un triunfo del PRI que condicionó su alianza con el PAN, a que no se tocara ni con el pétalo de una rosa al Sindicato, sus socios y negocios.
3. Dar a Pemex mayor autonomía de gestión y más recursos para invertir.
Sin embargo, esta fue una propuesta de todos los participantes (FCH, PRI y FAP).
4. Fortalecer la planeación energética y la definición de una política energética de Estado.
El Congreso analizará y en su caso ratificará la Estrategia Nacional de Energía elaborada por la Secretaría de Energía, con participación de un Consejo Nacional de Energía y apoyo de un Foro Consultivo, que serán creados ex profeso. Sin embargo, la Estrategia no se aprobará por decreto, esto fue prácticamente todo lo que consiguió el FAP. El resto son logros de menor importancia.
Que no se logró detener:
1. El avance del sector privado en la industria petrolera,
Firmas privadas estarán presentes a lo largo de toda la cadena de valor mediante un sistema de contratos y de permisos, con excepción de la refinación. La reforma es privatizadora, en el sentido que fortalece y amplia la participación del sector privado en las actividades que componen la industria petrolera.
2. La entrada del sector privado en la exploración y la producción de hidrocarburos.
Ahora la ley incluye todo un paquete de disposiciones relativas a contratos de exploración y producción con el sector privado. La apertura no se limita a personas físicas o morales de nacionalidad mexicana.
3. La legalización de los Contratos de Servicios Múltiples.
Se legaliza su naturaleza (el sector privado actúa como inversionista y operador en exploración y producción y se le paga con los ingresos que genera la venta de la producción) y sus mecanismos (bloques, catálogos de precios, fórmulas, premios, incentivos…)
4. Nuevos contratos riesgo.
Firmas privadas podrán explorar, desarrollar los yacimientos y producir hidrocarburos en un bloque determinado, donde tendrán derechos exclusivos, entregando la producción a Pemex, y cobrando por sus servicios en función de los resultados obtenidos en dicho bloque.
· Se podrán otorgar por asignación directa
· Queda abierta la posibilidad para cláusulas de confidencialidad sobre términos económicos pactados.
· Queda abierta la duración de los contratos: 5, 10, 20, 30… años.
· Queda abierta la posibilidad de remuneraciones monetarias indexadas al
• volumen o al valor de las reservas
• valor de la producción
• capacidad de producción
• precios de los hidrocarburos (el artículo 61 lo permite explícitamente)
· El pago podrá establecerse con base en fórmulas (“pago determinable” propuesto por FCH)
· Aunque los pagos son monetarios queda abierta la posibilidad de que el contratista tenga acceso a la renta petrolera.
· Se prohíben los contratos de producción compartida (Sharing Production contracts) pero no los contratos que reparten el valor de la producción.
Algunos aseguran que se impidieron los pagos ligados al valor de la producción. Es recomendable leer bien el texto del artículo 6 de la Ley Reglamentaria y los artículos 60 y 61 de la nueva Ley Orgánica de Pemex. Ya que si bien se prohíben los pagos ligados al volumen no se impide que estén asociados al valor de la producción.
5. Se prevén contratos confidenciales e información reservada.
Confidencialidad y reserva sobre los contratos de exploración y producción serán obligatorias para la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
6. La intervención de la ASF se limitará a lo que ha hecho hasta ahora
La ASF conocerá los contratos una vez que fueron otorgados, nunca antes. Sólo podrá auditarlos en el marco de la revisión de la cuenta pública del año precedente, tal como se estable en el marco jurídico vigente. En dos controversias constitucionales la SCJN acotó las funciones de la ASF con mucha precisión y los dictámenes no introducen nada nuevo, sólo confirman las facultades actuales.
7. El Congreso ni aprueba, ni conoce los contratos antes de que se otorguen y difícilmente los conocerá.
Hasta ahora Pemex se ha negado sistemáticamente a proporcionar una copia de los CSM otorgados por la administración de Felipe Calderón. En los foros del Senado el representante de Pemex se burló de los senadores que le solicitaron copias de los contratos, al entregarles en un CD únicamente las bases de licitación.
8. La creación de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. una institución de mercado para regular las actividades de exploración y producción de Pemex y la compañías petroleras privadas.
9. La privatización de las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de petrolíferos e hidrocarburos naturales mal llamados “petroquímicos básicos”. Se esconde en el artículo 15 del dictamen de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo.
El sector privado podrá intervenir después de las ventas de primera mano, es decir, de la salida de las refinerías y plantas de tratamiento de gas natural hasta la venta al consumidor final.
No se inscribe en la ley el acceso abierto a los ductos y tanques de Pemex por parte de terceros, pero seguramente se incluirá en el Reglamento, así como restricciones a la integración vertical de Pemex (“para posibilitar la competencia”). En la reforma a la Ley de la CRE aparece claramente la privatización de los “servicios de transporte, almacenamiento y distribución de petrolíferos y petroquímicos, actividades en adelante denominadas “permisionadas”.
10. Los Pidiregas
Toda la legislación sobre los Pidiregas sigue vigente
Los contratos plurianuales pueden armarse como Pidiergas; no son incompatibles, ni se sustituyen. Que Pemex disponga de más recursos propios para invertir no significa que abandonará los Pidiregas, esa decisión le corresponde al Consejo de Administración y a su comité de estrategia e inversiones.
11. El contratismo
Pemex no tiene la obligación de realizar de manera creciente los trabajos petroleros por administración directa (con sus propios medios técnicos y humanos). No se frenó el contratismo, al contrario, se abren nuevas posibilidades para el sector privado a lo largo de toda la cadena petrolera con excepción de la refinación.
12. Los “bonos ciudadanos”,
El germen de la futura bursatilización de los activos de Pemex, ya que por lo pronto se da vida a la figura de Comisario, como alguien que “velará” por los intereses de los tenedores de los bonos, no obstante que la propia ley establece que dichos bonos en principio no otorgan derechos ni patrimoniales, ni corporativos sobre Pemex, esto es, que los bonos se asemejan más a una “acción” de la empresa, que a un instrumento de financiamiento.
Más aún, se podría considerar que se “comparte” con sus tenedores una parte de la renta petrolera, ya que dichos bonos, otorgan un rendimiento del cual una parte de este, depende del “comportamiento” es decir del resultado de la paraestatal.
Más tarde veremos cómo se organiza una Asociación Civil de los tenedores de dichos bonos, que en la práctica actuará como Asamblea de Accionista (virtual).
13. El otorgamiento de subsidios y privilegios al sector privado.
Por un lado, para generadores privados con fuentes renovables de energía y, por el otro, para al monopolio nacional de la urea (Grupo Acerero del Norte, Ancira/Autrey prestanombres de Carlos Salinas de Gortari).
14. Limitar el poder y la corrupción del sindicato petrolero
El STPRM mantiene 5 miembros en el Consejo de Administración. No hay obligación legal de transparentar la relación empresa-sindicato
15. El tema de las filiales está latente:
La ley de Petróleos mexicanos en sus artículos 19 y 20 refiere la existencia de filiales, que podrán ser creadas por el consejo de administración a propuesta de su Director General, esto combinado con la modificación prevista a la Ley Federal de Entidades Paraestatales (LFEP), en las disposiciones transitorias y en las cuales se establece que “estas filiales no se sujetaran a lo dispuesto por la LFEP, sino que se regirán bajo sus propias reglas, deja abierta la posibilidad para cualquier decisión discresional que se asuma.
Conclusiones y Reflexión Final:
Los medios masivos de comunicación aseguran que al FAP y a Andrés Manuel Lòpez Obrador, se le concedió todo lo que pidió –lo cual es absolutamente falso–, y que no tuvo pretexto para tomar las tribunas, ni para acciones de resistencia civil.
Es parte de la guerra mediática contra el movimiento nacional por la defensa del petróleo, así como un argumento para justificar la represión contra “los que sólo buscan pretextos para estar en las calles y alborotar”.
¿A cambio de qué el PRD en su mayoría votó positivamente esos dictámenes en el pleno del Senado y muy dividido en la Cámara de Diputados?
¿Únicamente porque se le dio un poco de espacio para corregir un poco la plana al acuerdo PAN-PRI?.
Líderes del PRD aseguran categóricos que fue un triunfo. ¿Realmente lo fue? No lo parece.
Tal vez para ellos en su calidad de legisladores, de miembros de una corriente, de dirigentes de un partido, quieren, necesitan que se vea como una victoria para remontar lugares en las encuestas de opinión.
Muchos medios de comunicación aseguran que fuè una reforma “chiquita”, sin embargo, el sector privado podrá hacer todo, con excepción de la refinación y las ventas de primera mano, por lo que para México y su Constitución fue una derrota, que efectivamente, pudo ser peor.
De cara al futuro es mejor hacer un el recuento objetivo de daños y reconocer las dimensiones del desastre y prepararse para nuevas batalla. La guerra no se ha perdido, y mucho menos ha terminado.
Por un lado, se freno un embate privatizador, pero no se detuvo. El saldo es un avance palpable de la privatización en los tres niveles de la cadena de valor: el recurso natural (los hidrocarburos), la industria petrolera y Pemex.
De esta manera, la gran victoria de Felipe Calderón son los contratos de exploración y producción que podrán ser otorgados a empresas extranjeras, asi dentro de poco tiempo veremos que las compañías petroleras internacionales estarán de regreso en México para explorar y extraer petróleo, gas natural y otros hidrocarburos.
Se pusieron candados, cierto, pero ya se aceptó que ellas y no Pemex serán las que buscarán el petróleo, desarrollen los yacimientos que descubran, extraigan los hidrocarburos y reciban una contraprestación por sus servicios, y por consiguiente a mayores resultados, mayores pagos, ya que esto, está dispuesto en la ley.
Que pudo ser peor es cierto, pero es inobjetable que la corriente aperturista avanzó en la privatización de actividades, decisiones, responsabilidades, utilidades y rentas económicas.
Era previsible. Los términos de la negociación fueron muy desiguales. El PAN y el PRI se reconciliaron e impusieron su punto de vista en casi todo.
Que se logró:
1. Excluir al sector privado de la venta de primera mano de hidrocarburos.
Las compañías petroleras privadas tendrán que entregar a Pemex el crudo que produzcan. Pemex conserva los derechos de propiedad hasta las ventas de primera mano de hidrocarburos y refinados. Sin embargo, esas limitantes fueron propuestas por Felipe Calderón.
2. Parar las refinerías privadas.
Sin embargo, más que un logro del FAP, fue un triunfo del PRI que condicionó su alianza con el PAN, a que no se tocara ni con el pétalo de una rosa al Sindicato, sus socios y negocios.
3. Dar a Pemex mayor autonomía de gestión y más recursos para invertir.
Sin embargo, esta fue una propuesta de todos los participantes (FCH, PRI y FAP).
4. Fortalecer la planeación energética y la definición de una política energética de Estado.
El Congreso analizará y en su caso ratificará la Estrategia Nacional de Energía elaborada por la Secretaría de Energía, con participación de un Consejo Nacional de Energía y apoyo de un Foro Consultivo, que serán creados ex profeso. Sin embargo, la Estrategia no se aprobará por decreto, esto fue prácticamente todo lo que consiguió el FAP. El resto son logros de menor importancia.
Que no se logró detener:
1. El avance del sector privado en la industria petrolera,
Firmas privadas estarán presentes a lo largo de toda la cadena de valor mediante un sistema de contratos y de permisos, con excepción de la refinación. La reforma es privatizadora, en el sentido que fortalece y amplia la participación del sector privado en las actividades que componen la industria petrolera.
2. La entrada del sector privado en la exploración y la producción de hidrocarburos.
Ahora la ley incluye todo un paquete de disposiciones relativas a contratos de exploración y producción con el sector privado. La apertura no se limita a personas físicas o morales de nacionalidad mexicana.
3. La legalización de los Contratos de Servicios Múltiples.
Se legaliza su naturaleza (el sector privado actúa como inversionista y operador en exploración y producción y se le paga con los ingresos que genera la venta de la producción) y sus mecanismos (bloques, catálogos de precios, fórmulas, premios, incentivos…)
4. Nuevos contratos riesgo.
Firmas privadas podrán explorar, desarrollar los yacimientos y producir hidrocarburos en un bloque determinado, donde tendrán derechos exclusivos, entregando la producción a Pemex, y cobrando por sus servicios en función de los resultados obtenidos en dicho bloque.
· Se podrán otorgar por asignación directa
· Queda abierta la posibilidad para cláusulas de confidencialidad sobre términos económicos pactados.
· Queda abierta la duración de los contratos: 5, 10, 20, 30… años.
· Queda abierta la posibilidad de remuneraciones monetarias indexadas al
• volumen o al valor de las reservas
• valor de la producción
• capacidad de producción
• precios de los hidrocarburos (el artículo 61 lo permite explícitamente)
· El pago podrá establecerse con base en fórmulas (“pago determinable” propuesto por FCH)
· Aunque los pagos son monetarios queda abierta la posibilidad de que el contratista tenga acceso a la renta petrolera.
· Se prohíben los contratos de producción compartida (Sharing Production contracts) pero no los contratos que reparten el valor de la producción.
Algunos aseguran que se impidieron los pagos ligados al valor de la producción. Es recomendable leer bien el texto del artículo 6 de la Ley Reglamentaria y los artículos 60 y 61 de la nueva Ley Orgánica de Pemex. Ya que si bien se prohíben los pagos ligados al volumen no se impide que estén asociados al valor de la producción.
5. Se prevén contratos confidenciales e información reservada.
Confidencialidad y reserva sobre los contratos de exploración y producción serán obligatorias para la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
6. La intervención de la ASF se limitará a lo que ha hecho hasta ahora
La ASF conocerá los contratos una vez que fueron otorgados, nunca antes. Sólo podrá auditarlos en el marco de la revisión de la cuenta pública del año precedente, tal como se estable en el marco jurídico vigente. En dos controversias constitucionales la SCJN acotó las funciones de la ASF con mucha precisión y los dictámenes no introducen nada nuevo, sólo confirman las facultades actuales.
7. El Congreso ni aprueba, ni conoce los contratos antes de que se otorguen y difícilmente los conocerá.
Hasta ahora Pemex se ha negado sistemáticamente a proporcionar una copia de los CSM otorgados por la administración de Felipe Calderón. En los foros del Senado el representante de Pemex se burló de los senadores que le solicitaron copias de los contratos, al entregarles en un CD únicamente las bases de licitación.
8. La creación de la Comisión Nacional de Hidrocarburos. una institución de mercado para regular las actividades de exploración y producción de Pemex y la compañías petroleras privadas.
9. La privatización de las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de petrolíferos e hidrocarburos naturales mal llamados “petroquímicos básicos”. Se esconde en el artículo 15 del dictamen de la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del Petróleo.
El sector privado podrá intervenir después de las ventas de primera mano, es decir, de la salida de las refinerías y plantas de tratamiento de gas natural hasta la venta al consumidor final.
No se inscribe en la ley el acceso abierto a los ductos y tanques de Pemex por parte de terceros, pero seguramente se incluirá en el Reglamento, así como restricciones a la integración vertical de Pemex (“para posibilitar la competencia”). En la reforma a la Ley de la CRE aparece claramente la privatización de los “servicios de transporte, almacenamiento y distribución de petrolíferos y petroquímicos, actividades en adelante denominadas “permisionadas”.
10. Los Pidiregas
Toda la legislación sobre los Pidiregas sigue vigente
Los contratos plurianuales pueden armarse como Pidiergas; no son incompatibles, ni se sustituyen. Que Pemex disponga de más recursos propios para invertir no significa que abandonará los Pidiregas, esa decisión le corresponde al Consejo de Administración y a su comité de estrategia e inversiones.
11. El contratismo
Pemex no tiene la obligación de realizar de manera creciente los trabajos petroleros por administración directa (con sus propios medios técnicos y humanos). No se frenó el contratismo, al contrario, se abren nuevas posibilidades para el sector privado a lo largo de toda la cadena petrolera con excepción de la refinación.
12. Los “bonos ciudadanos”,
El germen de la futura bursatilización de los activos de Pemex, ya que por lo pronto se da vida a la figura de Comisario, como alguien que “velará” por los intereses de los tenedores de los bonos, no obstante que la propia ley establece que dichos bonos en principio no otorgan derechos ni patrimoniales, ni corporativos sobre Pemex, esto es, que los bonos se asemejan más a una “acción” de la empresa, que a un instrumento de financiamiento.
Más aún, se podría considerar que se “comparte” con sus tenedores una parte de la renta petrolera, ya que dichos bonos, otorgan un rendimiento del cual una parte de este, depende del “comportamiento” es decir del resultado de la paraestatal.
Más tarde veremos cómo se organiza una Asociación Civil de los tenedores de dichos bonos, que en la práctica actuará como Asamblea de Accionista (virtual).
13. El otorgamiento de subsidios y privilegios al sector privado.
Por un lado, para generadores privados con fuentes renovables de energía y, por el otro, para al monopolio nacional de la urea (Grupo Acerero del Norte, Ancira/Autrey prestanombres de Carlos Salinas de Gortari).
14. Limitar el poder y la corrupción del sindicato petrolero
El STPRM mantiene 5 miembros en el Consejo de Administración. No hay obligación legal de transparentar la relación empresa-sindicato
15. El tema de las filiales está latente:
La ley de Petróleos mexicanos en sus artículos 19 y 20 refiere la existencia de filiales, que podrán ser creadas por el consejo de administración a propuesta de su Director General, esto combinado con la modificación prevista a la Ley Federal de Entidades Paraestatales (LFEP), en las disposiciones transitorias y en las cuales se establece que “estas filiales no se sujetaran a lo dispuesto por la LFEP, sino que se regirán bajo sus propias reglas, deja abierta la posibilidad para cualquier decisión discresional que se asuma.
Conclusiones y Reflexión Final:
Los medios masivos de comunicación aseguran que al FAP y a Andrés Manuel Lòpez Obrador, se le concedió todo lo que pidió –lo cual es absolutamente falso–, y que no tuvo pretexto para tomar las tribunas, ni para acciones de resistencia civil.
Es parte de la guerra mediática contra el movimiento nacional por la defensa del petróleo, así como un argumento para justificar la represión contra “los que sólo buscan pretextos para estar en las calles y alborotar”.
¿A cambio de qué el PRD en su mayoría votó positivamente esos dictámenes en el pleno del Senado y muy dividido en la Cámara de Diputados?
¿Únicamente porque se le dio un poco de espacio para corregir un poco la plana al acuerdo PAN-PRI?.
Líderes del PRD aseguran categóricos que fue un triunfo. ¿Realmente lo fue? No lo parece.
Tal vez para ellos en su calidad de legisladores, de miembros de una corriente, de dirigentes de un partido, quieren, necesitan que se vea como una victoria para remontar lugares en las encuestas de opinión.
Muchos medios de comunicación aseguran que fuè una reforma “chiquita”, sin embargo, el sector privado podrá hacer todo, con excepción de la refinación y las ventas de primera mano, por lo que para México y su Constitución fue una derrota, que efectivamente, pudo ser peor.
De cara al futuro es mejor hacer un el recuento objetivo de daños y reconocer las dimensiones del desastre y prepararse para nuevas batalla. La guerra no se ha perdido, y mucho menos ha terminado.
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